Antes de comenzar, me gustaría señalar que esta publicación la pondré tanto en la sección de series como en la de anime y es que aunque la serie sea estadounidense, es bastante claro que su estilo está influenciado por la animación japonesa.
Después de la segunda temporada, la serie de Netflix de Castlevania tuvo un parón mucho más largo que la primera vez. Pero la espera mereció la pena, porque aunque esta temporada solo tenga diez capítulos, consigue ser igual de fiel que las dos anteriores temporadas y engancharnos todavía más.
Al contrario que anteriormente, la serie no adapta el videojuego Castlevania: Curse of Darkness, sino que crea una historia nueva a partir de la anterior temporada, además de introducir nuevos personajes provenientes de dicho juego.
La animación corre a cargo de Shankar Animation y Powerhouse Animation Studios, compañías que en los 10 capítulos hacen un muy buen trabajo adaptando el concepto artístico de Ayami Kojima en los juegos. Pero también es verdad que en algunas escenas de la serie es mejorable el dibujo de los personajes o la animación, que se vuelve un poco estática. En cambio, los escenarios y la ambientación son increíbles y muy detallados, al igual que las escenas de acción que cuentan con mucha fluidez.
Después de lo ocurrido en la anterior temporada, la muerte de Drácula a manos de Alucard supone un cambio social en este mundo. El propio Alucard no está acostumbrado a esta nueva vida donde los días se le hacen muy largos mientras protege los secretos del Castillo de su padre y la biblioteca y museo del clan Belmont. Es para el una etapa corta donde reina la paz y tranquilidad.
En cambio, Trevor y Sypha siguen de aventura, luchando contra las bestias de la noche descontroladas por la ausencia de Drácula y visitando pueblos y ciudades. Una de estas poblaciones es Lindenfeld, lugar donde empiezan a ocurrir cosas extrañas.
Mientras tanto, Isaac, uno de los maestros forjadores de demonios, emprende un viaje para formar su propio ejército y así vengar a Drácula. Uno de sus objetivos es Héctor, también maestro forjador, el cual se encuentra encerrado en una celda de la fortaleza de la general vampira Carmilla y sus crueles hermanas. Juntas planean utilizar a Héctor para conquistar los territorios que antaño pertenecían a Drácula.
Todas estas historias suceden en paralelo unas con otras a lo largo de la temporada y continúan los acontecimientos posteriores a Castlevania III. Sin embargo, como punto negativo, hay que resaltar que las anteriores temporadas tienen una trama mucho más trascendental, atractiva y con más impacto.
Al igual que en la saga de videojuegos, en esta serie encontramos un grado de violencia muy alto. Las escenas de acción son espectaculares en esta última temporada, y a medida que avanzan los capítulos encontramos más y más ejemplos de escenas sangrientas donde los personajes reparten que da gusto.
El argumento muchas veces se nota que es un puente hacia la siguiente temporada, sobre todo las partes de Alucard, debido a la importancia del personaje dentro de la saga. Hacia el final te vas dando cuenta de que están preparando el terreno para lo que vendrá después, sobre todo cuando aparece Drácula en el infierno.
Sobre los personajes, protagonistas, antagonistas y secundarios, se nota un gran avance en su complejidad y detalle, con sus diferentes puntos de vista y objetivos, con conversaciones más maduras, complejas y trascendentales. Por eso en comparación a las anteriores temporadas, esta resulta más absorbente y alcanza una calidad argumental mayor.
En conclusión, para mi esta tercera temporada ha estado muy bien enfocada, con muchas sorpresas y personajes cada vez más trabajados. Es un gran avance por parte de los creadores y puede acercar a mucha más gente a la saga de videojuegos, ya que está plagada de referencias a estos y a otras temáticas de la cultura popular.
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