Después del título de 2018 y de toda una saga de videojuegos a sus espaldas, Ragnarök finaliza la aventura de Kratos y su hijo Atreus en la mitología nórdica.
HISTORIA
La historia transcurre tres años después del anterior juego, cuando aparece el Fimbulwinter, también llamado Fimbulvetr, que significa Gran Invierno y en la mitología nórdica es el preludio inmediato del Ragnarök. Por lo tanto, el verano y las otras estaciones han desaparecido y el mundo se ha vuelto muy hostil.
Podemos apreciar que Santa Monica respeta muy bien los mitos clásicos, como hizo ya con Grecia, adaptando pero también reinterpretando las leyendas de las religiones paganas más importantes de Europa.
Igual que en la entrega de 2018, gracias a un buen guion y una cinematografía propia de una película, la historia está llena de momentos increíbles y emotivos. Todo esto ayudado por la cámara en las secuencias y también un componente artístico precioso.
Atreus tiene mucho más protagonismo en este juego, buscando quién quiere ser y que puede hacer para conseguir sus objetivos. Lo cual no quiere decir que Kratos pierda protagonismo, al contrario, el dios griego sigue teniendo una evolución en su personalidad y al final de Ragnarök supera todo el sufrimiento y la ira que cargaba durante toda la saga.
Los personajes secundarios también tienen una gran relevancia en la historia, Mimir, Freya, y los enanos Brok y Sindri son muy importantes, al igual que algunos Aesir como Thor o Tyr y algunos Vanir como Freyr. También destaca la gigante Angrboda en Jötunheim y su relación con Atreus.
Este último se convertirá en el Loki de la profecía y tendrá que aprender a controlar sus poderes, los cuales cada vez están más y más descontrolados. Kratos desconfía de los otros dioses pero también vigila de cerca a su hijo y a su curiosidad. El destino persigue al chico y Odín se mete de lleno en la historia, buscando manipularlo todo pero sin que le pillen. Por tanto Kratos buscará ayudar a Atreus con cautela, aún sabiendo que esto puede ser peligroso para lo que le ocurra al mundo nórdico.
Además no solo es que profundicemos en la historia de otros personajes, es que también podremos controlar a Atreus y sus misiones aparte. Junto a Kratos tendremos a su hijo pero también en algunos momentos nos acompañará Freya, ambos personalizables.
Este juego tiene una historia mucho más amplia que su anterior versión. La trama implica a varios reinos y da relevancia a muchos más personajes, con una gran variedad de situaciones, giros y momentos que harán a la aventura mucho más épica que su predecesora.
El juego toca temas como la culpa, el conocerse a uno mismo, la madurez, la paternidad que ya trataba en el de 2018, y la lucha contra el destino, como la profecía que contaba que Kratos moriría.
Por su parte Atreus intentará trabajar con los Aesir y Odín, buscando ayuda en este último. El padre de todos busca manipular pero sin delatarse, así que le pide a Atreus que restaure una máscara que permite ver dentro de una grieta en la que, se intuye, se explica el origen de todos o un conocimiento ancestral sobre los dioses.
Kratos acaba resolviendo sus diferencias con Freya, y ella se reencuentra con su hermano Freyr. Heimdall se convierte en una amenaza para Atreus, por lo que el padre de este último intenta parar la lucha a tiempo.
El avance de la historia lleva inevitablemente al Ragnarök, donde brilla más el juego por su narrativa, combates y escenas. Kratos se enfrenta a Thor por última vez, pero le perdona la vida, sin embargo Odín acaba matando a su propio hijo por desobedecerle, demostrando que será capaz de cualquier cosa para cumplir sus objetivos.
Con lo cual empieza la batalla contra el Padre de Todo y Atreus tira la máscara a la grieta, dejándonos así con muchas dudas de lo que había allí adentro. Pero después de ganar, encierran a Odín en la esfera que estaba destinada supuestamente para Kratos. Ante la incertidumbre de no saber que hacer con la esfera, Sindri la destruye y así al dios, como venganza por el asesinato de Brok.
Angrboda lleva a Kratos y Atreus a un nuevo templo donde encuentran una nueva profecía que ella misma dibujó. Allí aparecen los cambios que se han producido por las decisiones que los protagonistas tomaron. Después Atreus le dice a su padre que quiere viajar él solo en busca de lo que queda de los gigantes. Kratos reconoce la madurez del chico y lo deja partir con el nombre de Loki.
Por último, el fantasma de Esparta encuentra una pintura más en el santuario, donde la profecía cuenta la última batalla del Ragnarök que acabamos de presenciar, mostrándonos a un dios aclamado por primera vez como un héroe y un líder justo, representando lo contrario del Kratos tradicional en la saga: sanguinario, vengativo y destructor. Así, el dios griego del poder y la fuerza bruta en la guerra se convierte en el salvador de la mitología nórdica.
En el epílogo del juego también se amplía un poco la historia, por ejemplo podemos ir al funeral vikingo de Brok, donde Sindri está roto por completo y matar a Odín no le ha saciado nada, por lo tanto se va solo a un lugar desconocido.
Otra escena importante ocurre en el reino de Helheim en una prisión escondida, en donde se encuentra el verdadero Tyr que fue encerrado por Odín para hacerse pasar por el durante casi todo el juego.
Al igual que varios personajes que muestran diálogos o situaciones diferentes en el epílogo, Thrúd, la hija de Thor también aparece empuñando el Mjolnir durante un breve instante.
GAMEPLAY
Hablando de la parte jugable, este GOW se nota que es una secuela del juego de 2018, la base de sus mecánicas es la misma: los combos que se pueden utilizar para luchar, los diferentes puzles y la exploración de los escenarios son muy parecidos.
Y aun así, hay novedades, como una nueva arma y nuevas herramientas. Podemos llenar el arma con su elemento correspondiente para dañar a los enemigos con estados alterados de congelación, fuego, etc.
Además, Kratos es más ágil en esta entrega y puedes atacar desde lo alto si el terreno te lo permite. También se pueden utilizar algunos objetos del escenario, rocas normalmente, para lanzarlas contra los enemigos. Otra forma de acabar con ellos es con movimientos de finalización muy violentos y espectaculares.
Vuelve la Ira espartana con sus diferentes modos:
Furia: que nos permite atacar con los puños y curar a Kratos con cada ataque
Valor: Kratos recibe una cantidad grande de salud y si se usa antes del ataque de los enemigos se anulan y recibe una bonificación de ataque cuerpo a cuerpo.
Cólera: Carga contra un enemigo con la arma equipada, inflige mucho daño y aplica efectos de arma adicionales. Además si matas al enemigo te curas ligeramente
Como se ve, estos modos permiten una gran variedad a la hora de jugar solo con la Ira y poder buscar distintas estrategias a la hora de combatir.
Hablando de enemigos, los jefotes de este juego son mucho mejores que los de la anterior entrega, mucho más interesantes, con una gran personalidad, más importantes en la mitología nórdica y algunos mucho más grandes, algo que solía caracterizar a la saga.
El resto de enemigos y jefes opcionales es muy variado y nos proponen grandes retos, pero si que en algunos momentos el juego puede caer en ser repetitivo inevitablemente. Lo bueno es que no todos los enfrentamientos son exactamente iguales, y por ejemplo en una misma batalla conviene cambiar el arma según la debilidad concreta de cada enemigo. Además, algunos combates ocultos son duros y diferentes, nos pedirán que aprendamos las diferentes mecánicas y habilidades para conseguir vencer.
Sobre los rompecabezas tengo que decir que no son muy complicados, salvo alguno que nos puede confundir un poco. Lo bueno es que están muy bien acoplados al escenario y no se notan forzados, también está genial que las mismas armas con las que combatimos sirvan para resolverlos.
Con respecto a la exploración del mundo lo que más me ha gustado es que hay zonas que están bloqueadas al principio, y necesitaremos avanzar bastante en la historia y conseguir la Lanza de Draupnir para abrir nuevos lugares y hacer el mundo aún más grande.
Además visitaremos los Nueve Reinos a diferencia de el anterior juego, teniendo por tanto una variedad de escenarios muchísimo mayor y una dirección artística diferente en cada de uno de ellos. También algunos mundos se han transformado por el Fimbulwinter y los que estaban en el anterior título tienen diferencias en este.
Las misiones secundarias si que es verdad que no cuentan historias tan interesantes pero tampoco son malísimas y algunas si que completan el argumento del juego. La mayoría de ellas ofrecen exploración y combate para ir mejorando equipo, armas, ampliar los árboles de habilidades y mejorar nuestra forma de usar las mecánicas. También después del final tendremos opción de jugar las misiones que nos hemos dejado y alguna cosa más.
El sistema de progresión no está mal pero tampoco es nada del otro mundo y es casi igual que el de la anterior entrega. Tenemos que adquirir experiencia combatiendo y con esto mejoramos las habilidades del árbol o los ataques de cada arma, funciona bien pero no es nada innovador.
Con estos últimos ataques o técnicas tenemos la posibilidad de mejorarlos según la cantidad de uso que le demos, aumentando su efecto en el combate pero sin poder hacer mucho más, lo cual es una pena porque se podría haber explotado mejor.
El sistema de runas del juego anterior ha cambiado y ahora nos permite colocar un Amuleto que nos da beneficios pasivos al pelear. Lo malo es que si nos acostumbramos mucho a llevar siempre los mismos encantamientos seguramente ya no los reemplacemos, lo que no invita a probarlos todos, si no más bien a elegir los que nos parezcan más útiles. Se puede pasar la historia haciendo esto que acabo de comentar.
Con el inventario de armaduras pasa algo parecido, la gran cantidad que hay nos invita más a acumular y solo a mejorar lo que nos convenza más por sus estadísticas o nivel. Las misiones secundarias o explorar el mapa permiten recoger estas armaduras y fabricar nuevas, pero muchas de ellas ni siquiera las pruebas o simplemente llaman la atención solo porque cambia el aspecto de Kratos. Por lo tanto se siente que hay variedad para elegir y mejorar pero no resulta tan importante ni gratificante.
Entre los combates muchas veces nos toca escalar pero casi siempre en línea recta o sin pérdida alguna. Además se utiliza estas partes como una excusa para tener diálogos, algunos más importantes que otros en la historia. Este tipo de situaciones se usan para engañar al jugador y hacerle creer que está jugando mientras cuentan parte de la historia sin la necesidad de utilizar cinemáticas.
Gráficamente este juego es increíble, lo bien que están hechos los personajes, sus animaciones y expresiones faciales, la ambientación y los escenarios que nos transportan a otra mitología, la iluminación según la zona en la que estemos, los efectos visuales a la hora de luchar, etc.
Su potencia se ve acompañada por el arte y trabajo que hay detrás, dándonos imágenes preciosas y muy épicas, haciendo que la versión de PS5 asombre de lo espectacular que es y que la de PS4 de miedo porque parece que la consola va a explotar. Aún así, el que sea intergeneracional no le beneficia mucho, porque quizás la versión de nueva generación sería aún más espectacular (aunque es difícil) y la de vieja generación se ve obligada a tener pequeñas zonas de carga en algunos huecos y en algunos viajes entre reinos, aparte de tener una bajada gráfica importante que es inevitable siempre que se sigan sacando juegos en PS4.
La magnífica banda sonora corre a cargo de Bear McCreary, compositor que nos regala temas increíbles para acompañar y hacer más épica la aventura. Mejorando la experiencia al combatir, al ver una escena emotiva, al relacionar la música con algunos personajes, etc.
Junto a los espectaculares efectos de sonido, el doblaje al castellano está a un nivel muy alto con actores de doblaje que interpretan muy bien a los personajes, igual que en el anterior título o incluso mejor. Aunque su versión original es también muy buena, con un elenco que es de los mejores de la generación actual de videojuegos.
CONCLUSIÓN
God of War: Ragnarök no sorprende al principio al parecerse a su precuela hasta que al avanzar la historia te das cuenta de que no es el mismo juego, es mucho más que eso. Es un título muy trabajado pero también una obra hecha con mucho cariño y cuidado.
La historia y el gameplay van de menos a más, por ejemplo:
La evolución de Kratos como personaje durante toda la saga lo hace alguien único en la historia de los videojuegos.
Las mecánicas al principio parecen continuistas pero cambian a lo largo con la diferente movilidad de Kratos, el controlar a Atreus, la inclusión de la lanza, el uso de los elementos, etc.
Permitiendo un final digno para esta saga nórdica, Ragnarök cumple su objetivo de hacer que los personajes brillen como nunca. Por supuesto no es perfecto, y quizás se esperaba (por lo menos por mi parte) que el Ragnarök iba a ser mucho más destructivo, el fin del mundo como en la mitología nórdica y como pasó con la mitología griega en God of War III, pero solo ha sido el fin de Odín y Thor y un nuevo comienzo para Kratos y Atreus.
La evolución de padre e hijo es quizás lo mejor del juego, lo que hace pensar en el cambio de madurez de la saga, pasar de ser una celebración de la violencia y el caos a buscar unos nuevos objetivos y metas para sus personajes.
Está claro que si no te gustó el ritmo más cinematográfico del juego de 2018, este tampoco te va a gustar. Los juegos anteriores al reinicio de la saga ya contaban una historia pero tenían mucho gameplay y su ritmo era mucho más rápido, lo cual no quiere decir que aquí no vayas a jugar ni a machacar el mando, pero hay una diferencia notable al contar la historia.
Y también en su gameplay se nota la evolución, este y el de 2018 son un tipo de juegos de acción distintos a los de la saga clásica. Pero los tiempos cambian y Kratos también, ahora emocionándonos y buscando ser un buen dios, un padre y un líder justo, dejando atrás el odio y la venganza para siempre.
Sobre Atreus veremos que le depara el futuro, existen muchas teorías pero no voy a entrar en ellas. Lo importante es que ha aprendido de su padre y a la vez seguirá su propio camino. Tendremos que esperar para saber a donde irá.
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